Aroma

Suele rumorarse que todo teatro tiene su fantasma. El fantasma del Teatro Colón de Bogotá, según cuentan los técnicos que allí trabajan, los señores Carlos Ríos, Elías Felacio y “Copete”, no se caracteriza por hacer apariciones ante las bellas actrices en las oscuras y estrechas escaleras de caracol que llevan a los camerinos del tercer piso, o por hacer crujir las viejas vigas de la tramoya hechas con troncos de cedro del siglo XIX. No, su manera muy especial de hacerse presente es a través de su perfume. Dicen que el fantasma expide un olorcillo perceptible de manera inesperada en cualquier pasillo o rincón del magnífico teatro. El personal que trabaja en esas largas noches de montaje que preceden al estreno de un gran espectáculo o los valientes celadores que recorren con su linterna los pasillos para verificar que no se haya quedado algún espectador dormido o un colado que espera repetir sin costo alguno un buen concierto, se topan de repente con el aroma y, queridos míos, dicen que el olor se queda en la memoria por muchos años. Nunca tuve la oportunidad de percibir el aroma a pesar de contar con la disposición que me otorga una buena nariz y haber disfrutado largas noches solitarias en el viejo Teatro. Todavía me pregunto a qué olerá el fantasma del Colón? A jazmín? a chocolate? O tal vez a queso camambert? … Ven a conocer el Teatro Colón, o busca el fantasma del teatro de tu ciudad… y me cuentas cómo aparece.

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  • Ana María Yañez says:

    Me encantó!!! Que buena descripción!

  • Ana María Yañez says:

    Ana María, gracias por tu comentario y nos alegra que te haya gustado. El crédito se lo damos totalmente a Clarisa pues son sus palabras preferidas y definiciones que escribe ella. Un regalo de ella para todos uds. a través de liebre lunar.