Las Escuelas de Formación Artística y Cultural en Cundinamarca. Recorrido y Caracterización
La presente publicación recoge una exploración o caracterización de las Escuelas de Formación Artística y Cultural de Cundinamarca en las diferentes áreas artísticas como son: danza, teatro, artes plásticas y música. Se realizó un acercamiento a una serie de componentes (información, investigación, formación, creación, producción, circulación y gestión). De los 116 municipios se visitaron 23, representativos de las 15 provincias del departamento.
Realizada en asociación con el Instituto Departamental de Cultura y Turismo de Cundinamarca – IDECUT; Liebre Lunar efectuó un acercamiento directo con asesores del Ministerio de Cultura, formadores, especialistas en las diversas artes y conocedores de las experiencias educativas de las escuelas.
La publicación se distribuyó de la siguiente manera: inicialmente se transcribieron una síntesis de algunos planes y políticas nacionales en materia de educación artística, donde se consignan apartados de los Planes Nacionales de Música, Danza y Teatro, así como el Plan Nacional de las Artes y el pasado Plan Decenal de Cultura.
Se explicó en qué consiste y cómo se desarrolló la caracterización de las escuelas, generando los resultados de la exploración, para finalmente brindar una serie de reflexiones, consideraciones y sugerencias, que relanzan los resultados de la caracterización a un plano más analítico, con el fin de hacer hablar los datos en contextos interpretativos más amplios.
En el recorrido se encontraron algunos aspectos valiosos, sin que estos aspectos que ponemos de relieve agoten la definición de cada escuela municipal. Valorar, por ejemplo, la continuidad de procesos y el trabajo con la infancia en Anapoima; las jornadas pedagógicas, las coberturas y los archivos en Cajicá; el trabajo con Consejos de Cultura en Chía; la acción cohesionada y plural en Chipaque; el sólido proyecto pedagógico que involucra todas las áreas en Funza; el trabajo aglutinado y rotativo por las veredas en Fusa; la importante relación con los colegios y escuelas en Girardot; una labor que quiere aproximarse a lo interdisciplinario en Guasca; la importante gestión y construcción de cohesión social desde la formación artística en Nocaima; la impresionante infraestructura y la participación comunitaria en la construcción de las escuelas y el modelo de gestión en Sopó; la amplitud de géneros y repertorios y el aprendizaje mutuo entre ellos en Suesca; la recursividad y compromiso de trabajo en medio de la dificultad en Vianí; el proyecto social alrededor de las escuelas, más las enormes coberturas, la incidencia en la educación local y los intercambios nacionales e internacionales generados en Tocancipá; la persistencia del teatro y literatura en Zipaquirá, para citar algunas de las potencias que se han venido cultivando en este panorama amplio y múltiple que son las Escuelas de Formación Artística y Cultural de Cundinamarca.
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